[Misión] Una aventura en miniatura

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Lergand

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Sevilla
Misión abierta para Sigma y Sayui. El ritmo de posteo me dijisteis que sobre uno a la semana. Ponedme spoilers con características, chakra y los objetos útiles en vuestro primer post

El día en Haganegakure había amanecido algo más frío de lo normal. Unas nubes grises cubrían toda la villa y un desagradable viento húmedo soplaba. Pese a ello, el edificio donde se gestionaban las misiones del Consejo de Acero estaba a rebosar. Había varios tablones grandes donde se reunían varias personas mirando las diferentes ofertas. Las personas eran de aspectos muy heterogéneos, algunas túnicas de colores vivos por aquí, unas piratas semidesnudas por allá, varios monjes rapados por ese otro lado, algún samurái, ninjas por todas partes… Lo típico.

También había mesas desperdigadas con personal de la administración que ofertaba alguna misión menos apetecible. Vamos, tratando de vender la moto.

Uno de esos hombres fue el que asaltó a Hiei y Dark. Era de edad media, con algunas canas sueltas y muy bien vestido. Parecía algo desesperado. La gente se acercaba a él y tras intercambiar unas palabras se marchaban disgustados. No parecía irle muy bien. Sin embargo, por alguna extraña razón, ambos chicos se pararon a ver qué les decía.

-¡Buenas! Chavales. Se los ve unos jóvenes aventureros, fuertes e inteligentes. Sin duda los candidatos perfectos para el encargo que tengo para vosotros –sonreía mucho, casi forzado-. Es una misión de Rango D. ¡Pero no se dejen engañar! Es una misión sin duda a la altura de sus capacidades. No es nada como pasear un perro o hacer de niñera, no señor –se frotó las manos-. Se trata, nada más y nada menos, que de recuperar una antigua reliquia de un monasterio abandonado. Un monje del Monasterio del Pequeño Shi Fu ha venido en persona a solicitar tres individuos capaces. Los detalles están aquí –alargó la mano y pudieron ver (con dificultad) un pergamino del tamaño de una uña desplegado. A duras penas pudieron leer su contenido.

Descripción: Un monje del Monasterio del Pequeño Shi Fu ha pedido tres individuos que sirvan a la Alianza para recuperar una gema en el fondo de las ruinas del monasterio original. Dicho monasterio se sitúa en un bosque en la falda de una montaña cerca de la frontera entre el País de las Almas y el del Metal.
Aquellos que quieran participar en la misión deben pasar por una prueba especial, ya que solo los que logran pasarla pueden entrar en el monasterio original.

Rango: D

Participantes:
-Himiko, chūnin de Reigakure
-Plaza libre
- Plaza libre
Aquello no aclaraba demasiado, así que estaban en su derecho de acribillar a preguntas al hombre. Este, encantado, respondería a todas ellas. Tampoco le quedaba otra si quería que aquella misión saliera adelante.
 

Sigma.

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In your head.
Para algunos el frío es tan solo la ausencia de calor; el recuerdo continuo de que hay algo más allá esperando en la distancia, listo para aparecer en el momento más oportuno y darle un nuevo giro a su vida.

A Hiei le gustaba el frio. El frio significa estabilidad, permanencia, certeza de lo que se tiene y lo que se sabe. Oh, él era curioso, con seguridad, y no sabía de su pasado previo a comenzar el entrenamiento con los monjes, pero eso no significaba que no apreciara tener los pies firmemente plantados en la tierra, sapiente de sus propias particularidades, debilidades y fortalezas. Simplemente apreciaba avanzar a su propio ritmo, estar completamente seguro de un paso antes de dar el siguiente.

…Eso, y que la humedad sumada al calor atraía a los mosquitos.

Malditos mosquitos, más de una noche había pasado en vilo gracias a su zumbido del demonio.

Por suerte, aquella mañana no había sido el caso. Luego de una sesión de entrenamiento y un desayuno, ambos ligeros, y una ducha para refrescarse, se encontró camino al edificio del Consejo, el objetivo puesto en la oficina de asignación de misiones.

El paisaje que lo esperaba era… exótico, por decir lo menos. “Caótico” quizá fuera una mejor palabra, pero debajo de toda esa andanada de gente y papeles, había un orden establecido que todos allí sabían apreciar y seguir al pie de la letra, por lo que tampoco podía considerarse como tal.

En especial esas piratas…

”…¡Concéntrate…! ¡No importa lo que cueste, concentración…!”

Estaba seguro que un hilillo de sangre caía por una de sus narinas mientras alzaba una mano para saludarlas, una sonrisilla tonta y fugaz plasmada en su rostro. Incluso estaba casi seguro que una de ellas le vio de reojo, sonrió y le dio un leve codazo a su compañera para que ella también le diera su propia sonrisa picarona…

Y decía “casi” por el hecho de que, sorpresivamente, diría de la nada más bien, le abordó de un salto un cincuentón que tan pronto le tuvo enfrente le bombardeó con detalles sobre una misión que nadie parecía haber querido tomar anteriormente.

Se le notaba nervioso, el discurso demasiado ensayado y poco práctico, sin dar la suficiente información. No era una novedad que todos parecieran haberle plantado sin aceptar.

Entre aquello y el tamaño del pergamino…

- …Te estás acercando al problema de la manera equivocada. - Dijo por fin Hiei tras dejar caer la mano que se había llevado a la cara por la vergüenza ajena de toda la situación. - Si quieres que alguien te ayude, primero, consigue papel más grande. Y segundo, sé directo; nadie se cree el discurso del comerciante la primera vez, tienes que apelar a los gustos personales de cada cliente.

Si tan solo los monjes no hubiesen estado involucrados en todo el meollo, Hiei se hubiera retirado en el momento y seguido su camino. ¿Pero cómo hacerlo, cuando su propia orden necesitaba ayuda y la estaban pidiendo tan desesperadamente que incluso estaban recurriendo a otros métodos que no fueran la ayuda de sus propios congéneres?

Demasiado sospechoso, y una mina de oro de incógnitas que se irían develando poco a poco tras aceptar el trabajo.

- Bien, antes que sigas insistiendo, acepto. - Era mejor dejarlo en claro de plano para que no siguiera tratando, no al menos tan patéticamente. - Ahora, primera y quizá más importante pregunta: ¿qué dificultad pueden tener los monjes de Pequeño Shi Fu, mis propios congéneres, que necesitan recurrir a otros grupos organizados para resolverlos? ¿Por qué no ir con el resto de nuestras órdenes directamente?

No era la intención de plantarle cara ni mucho menos, pero aquél detalle le traía en vilo desde primero escuchar que se trataba de los suyos pidiendo por ayuda. Y claro, si escuchaba una respuesta que no le satisficiera, no se lo pensaría dos veces antes de preguntar a quien fuera que haya pedido la misión en primer lugar.

Un placer gente, da gusto volver a rolear ^^ Debo decir que tenía un mono tremendo y mucho miedo de perder las ganas nada más comenzar a escribir, pero por suerte no me ha pasado en absoluto. Espero podamos tener un ritmo estable xP

PD: ¿Dónde firmo para organizar citas con el duo de piratas sexy y Himiko? xD
Iryöninjustu [Iniciado] y O.U. [Nulo] = 20 puntos

- Catalejo = 5 puntos
- Palanca = 5 puntos
- Cuerdas normales (2 cm de diámetro, 10 mts) = 2 puntos
- Espejo = 3 puntos
- Vendas (x2) = 2 puntos
- Aguja esterilizada + puntos = 3 puntos

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Chakra Abrumador [Medio] = 8 huecos
Nombre del Usuario: Sigma.

Nombre del Personaje: Hiei.

Imagen del Personaje: https://i.imgur.com/GpAeqG1.jpg

Edad Aproximada: 18 años.

Sexo: Hombre.

Rasgos Destacables:
A primera vista y de lejos, una llamativa melena de color violáceo. De cerca, se pueden apreciar mejor sus irises amarillos y tatuajes con patrón lineal que cubren gran parte de su cuerpo.

Vestimenta y Descripción Física:
Cuerpo tonificado y esbelto por la estricta rutina de ejercicios y la meditación. Mide 1,75 mts. y pesa unos 68 kg. Viste con sedas y algodones de colores oscuros y negros por simplicidad y facilidad de movimiento, ya que son las telas que menos restricciones le imponen. Complementa con un calzado de tiras de cuero, también oscuro, para la mayor cantidad de flexibilidad posible reteniendo solidez para los terrenos duros.

Historia:
No todos los Kaguya fueron salvajes de mentalidad barbárica con ansias desmedidas de sangre. De hecho, los hubo quienes se oponían a esta conducta violenta alegando, con justa razón, que esa actitud los llevaría a la extinción.

Sobra decir que eran tratados como parias, llegando incluso a ser desterrados o aún peor, asesinados por sus congéneres debido a esta visión “defectuosa” de la realidad.

Fue gracias a una de estas particulares visiones que Hiei nació.

Röhei Kaguya, su padre, era una de esas voces clamando razón a sus compañeros de clan. No era débil ni se dejaba intimidar, y más de una vez había mostrado su capacidad ante intentos de escarmiento, por lo que la máxima reprimenda que había sufrido eran períodos de exilio. Algunos auto-infringidos, otros por mandato y coerción.

En uno de estos exilios fue que conoció a Naoka, shinobi proveniente de Kirigakure. No fue amor a primera vista; de hecho, en un principio se llevaron bastante mal, gastándose bromas y tratando de imponerse el uno al otro en casi toda discusión o ejercicio en que se retaban. Sin embargo, con el tiempo creció en ellos una admiración y gusto por las cualidades del otro que los llevó a enamorarse perdidamente. Al poco tiempo Naoka quedó embarazada.

---o---

Pasaron tres años en los que Röhei tuvo que guardar en secreto a su familia, ya que cada vez más escuchaba entre los suyos el creciente rumor de un ataque hacia la aldea, y no podía permitirse ponerlos en peligro. Como ya había sucedido antes, ninguno de los miembros del clan podría entender lo que había sucedido con él, y peor aún, lo verían como traición e intentarían arrebatarle todo cuanto había logrado, antes claro de sacrificarlo por “el bien común”. Los pocos que pensaban como él también se verían en peligro si se enteraban, por lo que era un secreto con el que debía lidiar él mismo.

Lastimosamente, no iba a durar mucho más.

Naoka y Hiei le demandaban tiempo, cada vez más según el pequeño crecía. Incluso pensaron en, algún día, agrandar la familia si él conseguía desligarse por completo de sus congéneres. Demasiada ilusión y esperanza, puesto que se volvió descuidado en sus escapadas y tras levantar sospechas durante un par de meses, finalmente los descubrieron.

“Acostarse con el enemigo” fue lo más leve que le dijeron, desquitándose tanto con él como con Naoka y Hiei. Ni siquiera el chiquillo estuvo a salvo de las crueles torturas de los sádicos Kaguya, que en su sed de poder y venganza hacia la conducta de Röhei casi los matan una y otra vez, repitiéndose hasta que su hijo perdió la conciencia y la memoria por el trauma.

Ya no recordaría a sus padres, ya no lloraría sus muertes. En cierto modo, aquél destino era peor incluso que haber sido asesinado junto a ellos, dado que así al menos hubiese muerto en paz, rodeado de sus seres queridos.

Aquella fue la gota que colmó el vaso.

En un estallido violento y aberrante de furia Röhei y Naoka asesinaron a sus captores, aunque no sin antes el Kaguya haber sido herido gravemente. Ella, aún si herida, no estaba en peligro de fallecer. Su hijo solo se limitaba a llorar del dolor, sin hacer atisbo de buscar a su madre o padre. El daño ya estaba hecho.

Escaparon hasta un claro, pero la noticia de su ida ya había llegado a oídos del resto y ya estaban organizando patrullas de búsqueda. Ambos estaban extenuados, faltos de chakra y él no paraba de sangrar. Sabían que juntos no llegarían lejos, no sin morir en el intento. Tomaron la decisión más dolorosa de su vida: Röhei se quedaría y ganaría tiempo para que Naoka y Hiei pudieran seguir y perderles el rastro a sus perseguidores.

Tres días después, en una ruta marítima del País de las Aguas Termales, Naoka conoció a una cuadrilla de monjes que se encontraba en peregrinación hacia su monasterio en occidente. Su dolor físico era fuerte, pero su dolor anímico y espiritual era desgarrador. En cuestión de una semana había perdido al amor de su vida y su hijo había sufrido daños tan extensos que ya no reconocía a su propia madre.

No podía soportarlo; verle esa carita le recordaba cada vez todo lo que había sucedido, lo revivía con todos los sentidos, tal cual como si estuviese sucediendo otra vez.

Por segunda vez en su vida se vio enfrentada a una decisión imposible: pidió a los monjes que por favor se llevaran a Hiei. Las mejores posibilidades de escapar de la persecución por separado ni siquiera se le pasaron por la cabeza; simplemente ya no podía ser su madre, iba a ser demasiado doloroso, para él y para ella misma.

Los monjes entendieron y aceptaron, aún si forzados por las circunstancias. Ayudaron a curar las heridas de ambos, y una vez llegados a puerto, la amarga y atroz despedida tuvo lugar: un último beso en la frente de Hiei, quien por un momento esbozó una leve sonrisa ante el cariñoso gesto de su madre solo para echarse a llorar nuevamente en el siguiente. Naoka les entregó como recuerdo una fotografía que Röhei le había tomado en el momento de confesarle su amor, alegando simplemente buena suerte en el viaje. No tuvieron el corazón para negarse ante ese último pedido, no luego de haber escuchado toda la historia de su boca.

Naoka desapareció hacia el norte, mientras que los monjes siguieron camino hacia el oeste.

---o---

Sun Tiang Tzu tomó a Hiei bajo su tutela, enseñándole como a uno más de los suyos durante los siguientes quince años.

El camino los llevó a recorrer y hospedarse en distintos monasterios a lo largo de su travesía: pasaron por los países del Fuego, de la Hierba, de la Lluvia, de los Pájaros, de la Tierra y del Hierro, antes de establecerse finalmente en las cordilleras que lindaban el país del Metal con su vecino del este.

Los años de aprendizaje, los territorios explorados y claro, el daño a su memoria perpetrado en la infancia, hicieron que Hiei creciera como uno más de la orden monástica, sin tener idea de su legado parental sanguíneo y cultural como shinobi.

Finalmente llegó el día en que su entrenamiento estuvo completo, el día de su cumpleaños número dieciocho. Sun consideró que su alumno estaba listo para enfrentar las adversidades de este nuevo mundo, con el promisorio advenimiento de una nueva época luego de las devastadoras guerras que hicieron sufrir tanto a oriente como a occidente dentro del continente.

Así comenzó el viaje de Hiei.

Descripción Psicológica:
Sereno, calmo, de pocas palabras y mucho pensar. No tiene mucho para decir salvo que se le hagan preguntas concretas sobre un tema interesante o del que sepa, entre en confianza con la otra persona o bien tenga dudas sobre un tema en particular; llegado ese punto, es capaz de preguntar y repreguntar, planteando diferentes puntos de vista, hasta el hartazgo de su interlocutor.

Curioso por naturaleza, sus viajes le han llevado a ver infinidad de variantes culturales y de comportamiento de los habitantes de los distintos países, lo que le lleva a preguntarse internamente cómo es que la gente puede ser tan diferente.

Aún así tiene sus momentos de cabezaduría, intentando aplicar su respuesta o solución pensando que es la mejor cuando puede no serlo y dándose cuenta de ello tardíamente. Por ello también es irascible cuando las cosas no suceden como él pensaba que lo harían, ya sea por giros inesperados o porque una solución en teoría idónea no aplica perfectamente en la realidad.

En cuanto a temas personales, es tímido con las mujeres en ámbitos civiles; ni siquiera todos sus viajes y experiencias han servido para quitarle esa sensación de vergüenza del estar solo con una chica. Sin embargo, ha aprendido de cierta manera a controlar la inacción con una cálida aunque retraída alegría de poder disfrutar de dicha compañía.

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Villa y Clan: Hagane // Clan Kaguya.
Clase: Monje.
Rango: ¿?
Notoriedad: ---
Allegados/Amigos: Sun Tiang Tzu (Lao Shi, mentor y figura paterna de respeto y autoridad, lo crio desde la infancia); Naoka Hanekawa (madre, desaparecida desde que lo dejó con los monjes), Röhei Kaguya (padre, asesinado en su infancia).

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Técnicas Propias:

Técnicas de Lista:

- Yanagi no Mai: (Req. Dominio del Chakra [Iniciado], Dōhijutsu [Iniciado]) Es la primera de las cinco danzas usadas por los Kaguya. Usando su habilidad para manejar sus huesos el usuario hace que de distintas partes de su cuerpo salgan hasta 6 estacas de hueso, las cuales salen de las rodillas, los codos o las palmas de las manos, que puede usar para combatir.

- Asshou/Hoshou: (Req. Maestría en Taijutsu [Iniciado], Fuerza [Alto]) Una técnica que golpea al enemigo con una palmada propiciando un impacto brutal. En función de la diferencia entre la Maestría en Taijutsu y Fuerza del usuario con respecto al nivel de ambas del objetivo, la posible proyección de la víctima será mayor o menor.

- Senpuu: (Req. Maestría en Taijutsu [Medio], Fuerza [Medio], Velocidad [Iniciado]) Una técnica consistente en una poderosísima patada giratoria en el aire normalmente dirigida a la cara del enemigo para noquearlo causándole daños inmensos, que evoluciona según las habilidades del usuario aumentan. Según el nivel de poder, la técnica cambia su nombre para destacar su potencia.

Técnicas Básicas:

- Golpe Cercano: (Req. Monje, Maestría en Taijutsu [Iniciado]) El usuario, sin moverse del lugar, puede lanzar un ataque a un rival muy próximo. Si es un golpe de puño, con la cabeza o la rodilla dependerá de las circunstancias, pero no será necesario moverse del sitio. Especialmente útil cuando se está rodeado, sorprendido, o restringido de alguna manera.

- Shanti: (Req. Monje, Determinación [Iniciado]) Mi doctor me recetó la meditación para enfrentar el estrés. Contra todo pronóstico, funciona. El monje hace una pausa por un momento y entra, mental y espiritualmente, en un estado de paz interior, encontrando serenidad y calma frente a sus agobios. Gana 1/2 nivel de Determinación contra Genjutsus y control mental. No funciona con el dolor, claro está.

- Kawarimi no Jutsu: (Req. Dominio del Chakra [Iniciado]) Una técnica que intercambia el cuerpo del usuario por el de algún objeto del entorno (en muchos casos), o un Kage/Mizu-bunshin, haciendo que el objeto reemplazado sufra todo el ataque mientras el usuario escapa indemne. A mayor nivel de Dominio del Chakra y Maestría en Ninjutsu más variedad de objetos pueden ser intercambiados por el shinobi para realizar la técnica. [Un uso abusivo del Kawarimi puede conllevar penalizaciones en la puntuación]

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Características:

- Dominio del Chakra [Alto]
- Chakra Abrumador [Medio]

- Döhijutsu [Iniciado]
- Iryöninjutsu [Iniciado]
- *Maestría en Taijutsu [Alto]

- Maestría en Armas [Medio]

- *Determinación [Medio]
- Fuerza [Medio]
- Percepción [Medio]
- *Reflejos [Medio]
- Resistencia [Medio]
- Velocidad [Medio]

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Objetos Únicos:

- Fotografía de una enigmática y bellísima mujer. Está vieja y gastada, decolorándose incluso, pero aún así su nivel de detalle salta a la vista. Hiei la posee desde que tiene memoria, y aunque sabe inconscientemente que es muy importante para él, no entiende por qué.

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Conocimientos:

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